Me encanta mirar películas, me encanta que me transporten durante dos horas
a otro lugar, otro tiempo, otro mundo, me encanta cuando tienen una fotografía
hermosa y buena música.
Me gusta mirar de esos films que son una obra de arte, que siempre, aunque sea una escena, guardás en la memoria, que conmueven, que pueden hacerte tomar una decisión inesperada o cambiar más de una perspectiva. En cambio, muchas veces, prefiero pasearme por mundos menos profundos y adoro cuando encuentro ese que estaba justo buscando.
Y es que ayer invadió la nostalgia, los 90s, la adolescencia...